Nueva velada a puro heavy metal en Argentina… Metallica, entre mates y distorsión!
Hay veces en que la larga espera hace que valoremos más aquello que antes teníamos a mano, aquello que se volvía cotidiano y se normalizaba. Esas épocas, en las que se realizaban en nuestro país muchos shows grandes, trayendo a los mayores exponentes del Rock y el Metal. Uno tenía que simplemente, empezar a llenar la agenda, anotar en el calendario, y no te alcanzaba ir a todas esas propuestas, porque eran tantos los shows, que tenías que decidirte, ¿A cuales o cual iré este año?
De repente, de un día al otro, todo parecía acabarse. Dos años de pandemia, que en un momento se dudaba si ya los shows presenciales desaparecían y serían reemplazados por plataformas virtuales como “streaming”, hicieron que empecemos a valorar aquello que habíamos vivido y que imaginábamos que sería eterno.
Pero por suerte, la espera concluyó, y este año, de a poco, se volvieron a realizar esos show gloriosos que volvieron para dejar su huella y marcar otro hito en la historia. El sábado 30 de Abril, volvimos a presenciar a una de las bandas más grandes de todos los tiempos, y quizás el mayor exponente de Metal. Nos referimos a ni más ni menos que a Metallica.
Los encargados de telonear este histórico show fueron Marina Fages, y luego los estadounidenses Greta Van Fleet, dando un corto pero estremecedor concierto, en donde su vocalista Josh Kiszka nos deslumbró con su voz tan mística, muchas veces comparada con la del legendario Robert Plant de Led Zeppelin.
Pasada las 21 horas, el escenario se preparó para brindarnos un show lleno de Thrash y metal pesado, con una leve lluvia que acompañaba la atmósfera. Luego de una épica introducción con la canción de fondo “The Ectasy Of Gold”, salió en escena Metallica, que por si fuera poco, arrancó el concierto con el tema “Whiplash” para darnos un puñetazo en la cara y brindar esa esencia old school que tanto marcó a los años 80’.
Le siguió “Ride The Lightning”, una excelente y extensa obra maestra llena de riffs y pasajes crudos. Las llamas y bolas de fuego nacieron del escenario con el tema “Fuel”. Desde lejos se podía sentir el calor.
Quedamos más sorprendidos aún cuando el 4to tema fue nada más que “Seek & Destroy”. No dieron descanso ni tiempo a digerir lo que estábamos viviendo. Eran una sacudida tras otra.
Nos transportamos al Black Álbum para escuchar a un tema que poco tocan, pero que en mi opinión personal me emocionó mucho, por lo que significa este álbum en mi vida, y en la vida de muchos metaleros de los 90’; me refiero a “Holier Than Thou”, con ese machaque tan particular.
Faltaban muchos clásicos… y quizás el que mejor juego de luces tuvo y mejor puesta en escena fue “One”, emocionante hasta las lágrimas. Ver ese tema en vivo es la experiencia más cercana que se puede tener a lo que debe ser vivir una guerra.
Metallica drenaba y distribuía bien la energía, ya que cuando tocaban un tema lento, al instante te volvían a embestir con canciones como “Sad But True”.
Una de las canciones mejor interpretadas del último disco fue “Moth Into Flame”. Una excelente canción con muchos momentos melódicos, mucho virtuosismo, y una puesta en escena que te hacía sentir que la banda tocaba este tema desde hace muchos años.
Luego vino “The Unforgiven” con emocionantes imágenes de fondo de su video clip, para que luego se oyera doblar las campanas y retumbara el bajo de Trujillo en “For Whom The Bell Tolls”.
Faltaban patear varios cráneos, y que mejor que volarse la cabeza con “Creeping Death”. Hubo lugar también para la elegante “No Leaf Clover”, literal un tema metalero y orquestal perfectamente combinado.
No podía faltar “Mater Of Puppets”, uno de los temas más emblemáticos de la banda. Y luego de un pequeño descanso, nos dejaron poco respiro ya que finalizaron el show con “Spit Out The Bone”, y los clásicos más esperados “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”.
El show terminó con fuegos artificiales y un juego de luces que te ponía la piel de gallina. La banda se despidió de las aproximadas 60 mil personar que colmaron el Campo Argentino de Polo con una emotiva interacción entre Metallica y su público, con un Trujillo cantando “vamos vamos argentina”.
Este show, y esta espera, nos hace pensar de que tan valioso y glorioso son estos momentos, quizás más grandes y épicos de lo que podemos imaginar y lo que podemos transmitir y expresar con palabras. Lo bueno se hace esperar, Metallica se hizo esperar, pero aquellos días, meses y años en los que, la entrada de Metallica estaba guardadita en un cajón en la habitación, bajo algún poster, sin saber si el show se haría o no, y luego de tantas postergaciones, por fin cobraron sentido… y esa espera hizo que la experiencia se potenciara y todo valiera la pena.
CRÓNICA por: Luis Ignacio Pucheta || FOTOGRAFÍAS gentileza de: Víctor Guagnini
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